Existen muchas edificaciones antiguas en todos los centros urbanos que por los daños ocasionados por el paso del tiempo requieren de ciertas obras para hacerlas más confortables, con una mejor eficiencia energética o con un mejor aspecto.
En todos estos casos se habla indistintamente de rehabilitación o restauración de edificios.
En ambos procesos es esencial garantizar el mantenimiento de la estructura, pero se toman en cuenta otros aspectos como los materiales a utilizar, el tiempo de duración de las obras y las características que tienen los elementos constructivos.
En este sentido, aunque existe la visión general de confundir los dos términos, al conocer las diferencias entre los dos procesos se obtiene un mejor enfoque del proyecto que requiere cada uno.
¿Rehabilitación o restauración?
La confusión entre los dos conceptos se debe a que en ambos procesos está implicada la mano de obra, sin embargo, cada uno tiene sus características específicas.
Rehabilitación
En este caso se trata de una obra mayor que se realiza con la finalidad de adaptar el inmueble a otras funcionalidades o a nuevos usos.
Obras como la rehabilitación de la fachada o el cambio de un inmueble de viviendas para adaptarlo al uso de oficinas son ejemplos de rehabilitación.
En estas obras es necesario presentar cierta documentación, según la normativa vigente del ayuntamiento y además requiere de la supervisión de un arquitecto o ingeniero.
En tal sentido, si la obra implica demoler o construir un tabique se considera una obra mayor y requiere los permisos que se deben solicitar en los municipios y es indispensable contar con la aprobación de estos permisos antes de comenzar la obra.
Adicionalmente, si la obra procura cambiar la distribución del edificio la licencia que se debe solicitar necesita adjunto al proyecto los planos del estado previo del inmueble y del definitivo.
Restauración
En el caso de la restauración de un edificio no involucra una modificación total, lo que persigue es recuperar el estado original del inmueble.
En cada caso es indispensable conocer bien las tipologías del inmueble y las técnicas constructivas históricas, garantizando el mantenimiento de la estructura.
En el caso de las restauraciones los permisos necesarios son más sencillos. Esto se debe a que se consideran por lo general como obras menores.
Por otro lado, en una restauración nunca se va a necesitar la licencia para cambiar la distribución del inmueble.
Caso especial de restauración. La rehabilitación energética
Un caso particular de restauración es el de la que implica una rehabilitación energética. Es decir, una mejora del inmueble para llevarlo a su estado original, agregando factores que conduzca a una mejora de la eficiencia energética.
Tal es el caso de las obras que añaden materiales aislantes o donde se renuevan los sistemas de luz artificial.
Gracias a la importancia de este tipo especial de restauración se destinan ayudas que están enmarcadas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
Este tipo de ayuda está enfocada en alcanzar una considerable reducción del impacto al medio ambiente del prolongado gasto energético que tienen las viejas edificaciones que no cuentan con los adecuados recursos de aislamiento.
Adicionalmente, estas ayudas que ofrecen los ayuntamientos o las comunidades autónomas también cubren el cambio de los sistemas de refrigeración o calefacción con el uso de equipos de generación de energía solar.
En resumen, en las edificaciones de vieja data se hace inevitable el realizar ciertas obras para conservar las buenas condiciones del inmueble o cuando se requiera cambiar su uso o agregar nuevas funcionalidades.
Estas obras están enmarcadas en proceso de rehabilitación o restauración, que, aunque son similares cada uno tiene sus características particulares.
