Emprender una remodelación de la fachada de tu casa es una actividad emocionante, y observar cómo va cambiando la apariencia ya desgastada o descolorida que tenía, nos da una sensación de bienestar y agrado sin igual.
Toda esta experiencia puede cambiar para mal si cometes errores de apariencia inofensiva, pero que dan al traste con todas las emociones que se debieron experimentar.
Comenzar con una buena planificación es de lo más básico, y cambia de manera notable los resultados. Anticiparse calmadamente a la posibilidad de que surjan inconvenientes es de mucha utilidad y elimina el exceso de gastos que genera realizar correcciones posteriores.
Aquí te mencionaremos algunos de los errores más comunes que se cometen al remodelar tu fachada.
Presupuesto estrecho
Contar una muy limitada cantidad de dinero para ejecutar la reforma de la fachada es uno de los inconvenientes que más frecuentemente encontramos. No se trata de despilfarrar ni de ser mano suelta con lo que se considera precio justo, sino que en la planificación de la remodelación debe preverse la oportunidad de que se susciten daños ocultos, fluctuación en el costo de algún material u otros detalles que al sumarse cambian las cifras y pueden superar lo estimado. Siempre calcula por encima.
No tener claro que se desea
Trabajar sobre la marcha e ir improvisando a medida que se va efectuando la remodelación de tu fachada puede dificultar el resultado final, encarecer la obra, perder tiempo en la búsqueda de nuevos materiales que se introducen en la mitad y otras dificultades. Debes planificar con antelación qué cambios deseas, incluyendo texturas, colores, accesorios y más.
Escoger el contratista sin estudiarlo
La selección de la compañía que realizará la reforma tú fachadas debe realizarse con calma, estudiando las referencias, visitando trabajos que ya hayan realizado, entrevistándose con ellos en su sede, asegurándose de que trabajan con materiales de primera, y de que cuenta con el personal y herramientas suficientes para culminar exitosamente la obra. De esta manera no caerás en manos de empresas fraudulentas, que ejecuten con errores o que desaparezcan después de contratarlos.
Pagar la obra por adelantado
Pareciera dar el empuje necesario para que la constructora se aprovisione de todos los materiales, pero recordemos el viejo adagio que reza “Música paga no suena”. Si haces el pago total corres el riesgo de ser estafado y darte cuenta como tu dinero desaparece y tu fachada sigue igual. Efectúa un abono y espera la culminación de la obra para abonar el resto.
Ahorrar en los detalles
Te conducirá a una obra imperfecta, con apariencia desprolija, diferente a la soñada y con resultados imprevistos. Suele pasar que se destinan cantidades grandes de dinero en compra de materiales como los que van a la estructura, no obstante se quiere evitar el gasto en los acabados, como la calidad de la pintura exterior, cubrir con base anticorrosiva los marcos y puertas metálicas y otros puntos importantes.
Si eres cuidadosa al momento de realizar los preparativos de la remodelación de tu fachada, notaras como el resultado te satisface e impacta en los demás, obteniendo la apariencia que te imaginaste.
