El tiempo es el enemigo silencioso de toda estructura y de muchos estilos. Y es que lo que hace un par de años brillaba como el oro, hoy se asemeja más a un tono grisáceo y opaco.
Sin embargo, la reforma de edificios ha sido una actividad que ha ganado bastante popularidad los últimos años debido a la gran cantidad de construcciones antiguas que a través de ciertos retoques han sido capaces de adquirir un nuevo brillo, una nueva importancia y belleza.
De esta forma, es sencillo conocer el camino hacia la nueva apariencia de un edificio, comenzando por el análisis y evaluación del edificio en la que los profesionales determinan el potencial de la estructura, para luego colocar manos a la obra. Sin embargo, una vez finalizada la reforma es muy común preguntarse ¿y ahora qué? debido a que evidentemente la obra está terminada, pero no completa.
Luego de toda reforma vienen algunos de los pasos más importantes que podrán hacerle justicia al trabajo realizado o tan solo convertirlo en un espacio nuevo, pero aburrido. A continuación conocerá los puntos claves que lo sacarán de esa incertidumbre post reforma:
Ventilar
Considerado una limpieza más natural, después de una reforma es necesario abrir las ventanas para que el aire circule en los espacios y se lleve consigo todo rastro de polvo acumulado y condensado en el ambiente. De igual forma, el aire fresco contribuirá a disipar olores fuertes de pintura o barniz, y los ayudará a secarse completamente.
Limpieza
Reforma es sinónimo de cambio y reorganización que consecuente trae consigo un arduo trabajo de mano de obra. Clavos, taladros, martillos, pintura, cemento y cualquier otro material o artefacto que se pueda imaginar forma parte de una buena reforma ocupándose de moldear y ensuciar todo a su alrededor.
– Limpieza superficial: El polvo acumulado en los días de la rutina no se compara con la suciedad luego de una reforma, son aquellos montones de partículas que se adhieren a cada pequeño objeto y cada rincón que no se va con la primera ronda de desinfección.
Es por ello que resulta necesario realizar una limpieza superficial para deshacerse de la primera de tantas capas de suciedad y despejar un poco el camino para la verdadera desinfección del lugar.
–Desinfección profunda: Una vez realizada la limpieza de lo más visible, es momento de ocuparse de las insufribles manchas y partículas que se niegan a desaparecer con facilidad. Restos de cemento y pintura, fácilmente terminan en lugares indeseados y requieren de los productos adecuados para su limpieza.
En esta fase, productos como el amoniaco, limpiadores jabonosos, desincrustantes y vaporeta son de gran ayuda para ahorrar un poco de esfuerzo. Sin embargo, es importante mirar con ojo crítico los productos a utilizar dependiendo de la superficie a tratar.
En el caso de los suelos resulta más eficiente utilizar artefactos como la aspiradora para arrancar las partículas de polvo y arena con mayor eficiencia que el cepillo.
Dar una segunda vida a un edificio no resulta imposible de la mano de buenas ideas, profesionales, creatividad y disposición de tomar en manos el trabajo arduo de limpieza y decoración que supone toda post reforma.