Realizar la Inspección Técnica de Edificios (ITE) no es solo un trámite burocrático: es una oportunidad para garantizar la seguridad de todos los ocupantes, prolongar la vida útil del inmueble y cumplir con la normativa vigente. Si tienes un edificio de más de cierta antigüedad, tarde o temprano, tendrás que enfrentarte a este proceso. En este artículo descubrirás en qué consiste la ITE, los plazos legales, los pasos que debes seguir y cómo aprovecharla para mantener tu inmueble en condiciones óptimas.

¿Qué es la ITE y por qué es importante?

La ITE es un procedimiento administrativo obligatorio que evalúa el estado de conservación del edificio, su estabilidad y seguridad, así como sus condiciones de salubridad y accesibilidad. Su origen radica en la necesidad de prevenir accidentes—desprendimientos de fachada, corrosión de estructuras, humedades severas—y de asegurar la habitabilidad digna de los inmuebles. Además, la ITE:

¿Qué edificios deben pasar la ITE y con qué frecuencia?

La obligación de realizar la ITE depende de la antigüedad y el uso del edificio, pero las reglas generales suelen ser:

Consulta siempre la ordenanza municipal de tu localidad, ya que puede variar, y ten en cuenta que el incumplimiento acarrea multas y posibles sanciones que afectan al valor del inmueble.

Pasos previos: documentación y requisitos

Antes de encargar la inspección, reúne estos documentos:

  1. Título de propiedad o certificado de comunidad: acredita quiénes son los responsables de la ITE. 
  2. Proyecto de ejecución original: si existe, permite comparar el estado actual con el diseño inicial. 
  3. Historial de obras y mantenimientos: cualquier intervención previa, especialmente en fachadas, cubiertas y estructuras. 
  4. Libro del edificio o manual de uso: cuando exista, facilita la identificación de instalaciones y materiales. 

Con esta información, el técnico podrá preparar un plan de inspección más eficaz y ajustado a la realidad del edificio.

Elige al técnico competente

La ITE debe ser realizada por un técnico habilitado—a menudo arquitecto o arquitecto técnico—que esté colegiado y cuente con seguro de responsabilidad civil. Al seleccionar al profesional, comprueba:

Contar con un técnico de confianza te ahorrará sorpresas y te asegurará un informe riguroso y aceptado por la Administración.

Inspección in situ: qué se evalúa

Durante la visita, el técnico revisará cuidadosamente:

Utilizará herramientas como martillos de percusión para evaluar el desprendimiento de revestimientos, cámaras termográficas para humedades ocultas y drones o plataformas elevadoras para acceder a zonas altas sin riesgo.

Informe de la ITE: contenido y resultados

Tras la inspección, el técnico redactará un informe estructurado en:

  1. Identificación del edificio: ubicación, antigüedad, uso y número de viviendas/unidades. 
  2. Descripción del estado actual: patología detectada, sección por sección, con fotografías y croquis. 
  3. Grado de urgencia: clasifica las actuaciones en urgentes (menos de 6 meses), necesarias (6–24 meses) o recomendables (más de 2 años). 
  4. Propuesta de actuaciones: lista detallada de obras y reparaciones, con prioridades y estimación de costes. 
  5. Plazo de validez: habitualmente 10 años tras la aprobación, salvo patologías graves que reducen este periodo. 

La aprobación del informe en el Ayuntamiento cierra el proceso formalmente, pero da inicio al plan de obras.

Financiación y ayudas disponibles

La ITE puede implicar inversiones importantes. Afortunadamente, existen líneas de financiación y subvenciones que facilitan la ejecución de las obras:

Un técnico o gestor de subvenciones puede guiarte en la solicitud para maximizar estas oportunidades y aliviar la carga económica de la comunidad.

Ejecución de las obras y coordinación

Una vez aprobado el informe y obtenida la financiación, sigue estos pasos:

  1. Contratación de la empresa de reformas: solicita varios presupuestos y elige una empresa especializada en rehabilitación de edificios antiguos. 
  2. Plan de seguridad y salud: imprescindible para obras con andamios y zonas de paso público. 
  3. Comunicación a la comunidad: informa a los vecinos del inicio y duración de los trabajos, turnos de días y posibles molestias. 
  4. Supervisión técnica: coordina al técnico ITE para que verifique la correcta ejecución de las reparaciones y emita certificados parciales si es necesario. 
  5. Finalización y certificación: al terminar, el técnico inspecciona de nuevo y emite el certificado de conformidad de la obra, que permite dar por finalizada la ITE. 

Mantenimiento posterior

La ITE no acaba con la obra: para prolongar la vida útil de tu edificio, implanta un plan de mantenimiento:

Con un mantenimiento preventivo, evitarás patologías graves y reducirás el coste total de conservación.

La inspección técnica es la ITV para tu edificio

La Inspección Técnica de Edificios es mucho más que un trámite: es la herramienta que te permite asegurar la durabilidad, seguridad y habitabilidad de tu inmueble, cumpliendo la normativa y aprovechando subvenciones que alivian la inversión. Si tu edificio supera los años establecidos o detectas patologías, no lo dejes pasar: realiza la ITE cuanto antes para planificar las obras con tiempo y tranquilidad.

Para gestionar tu ITE de forma integral, desde la inspección hasta la coordinación de las obras, Dos-G cuenta con un equipo de técnicos y expertos en rehabilitación de edificios. Visítales y descubre cómo pueden ayudarte a cumplir con la ITE, proteger tu inversión y mantener tu edificio en perfecto estado.

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